Llevando un katsina a casa

© Survival

Los katsinam (“amigos”) de los hopis de Arizona son los espíritus de los ancestros, animales importantes y del mundo natural.

Los katsinam se lucen durante las danzas sagradas que mantienen la armonía entre el pueblo hopi y los espíritus. Los bailarines cantan por la lluvia y porque la nieve se derrita para irrigar sus cosechas; marcan el primer avistamiento de la luna nueva y honran la relación entre el hombre y el águila._

 

En abril de 2013, cuando la casa de subastas de París Néret-Minet Tessier & Sarrou organizaba la puja de 70 katsinam, los hopis escribieron a los vendedores para pedirles que cancelaran la venta bajo el fundamento de que su exhibición y venta pública supondría para ellos una seria ofensa. “El mero hecho de que se haya puesto precio a objetos de tal relevancia cultural y religiosa va más allá de lo ofensivo". , dijo Leigh Kuwanwisiwma, director de la Oficina para la Preservación Cultural Hopi. "No tienen un valor de mercado. Y punto”.

La Ley para la Protección de Sepulturas y Repatriación de Restos de Indígenas Norteamericanos o NAGPRA (por sus siglas en inglés), es una ley de Estados Unidos adoptada en 1990 con el fin de proteger los restos ancestrales y objetos sagrados de los indígenas americanos. Lamentablemente, no existe una ley similar en Francia.

Pierre Servan-Schreiber, uno de los socios del bufete Skadden Arps, representó de manera pro bono a Survival International y a los hopis ante los tribunales y obtuvo permiso de un juez de París para convocar a la casa de subastas a una vista judicial. Lamentablemente, la moción para anular la venta fue finalmente desestimada y la subasta fue realizada. Entonces Pierre compró un katsina durante la subasta para devolvérselo a los hopis. Más tarde, junto a tres representantes de Survival, lo llevó hasta su hogar con los hopis.

En esta exclusiva entrevista para Survival International, Pierre Servan-Schreiber nos cuenta que pleiteó como si él mismo fuera un hopi, de su viaje en motocicleta por Arizona para devolver el katsina y de cómo los hopis “perdieron la batalla pero no la guerra”.

Leila Batmanghelidj y Kayla Wieche, de la oficina de Survival en San Francisco, también presenciaron la ceremonia de restitución junto a Jean-Patrick Razon de la oficina de Survival en Francia. Leila nos relata la cálida bienvenida que recibieron de parte de los hopis, cómo los katsinam son consustanciales al modo de vida de los hopis y nos habla sobre las conversaciones que compartió con los hopis sobre las luchas similares de los pueblos indígenas de todo el mundo.

 

Entrevista con Pierre Servan-Schreiber

Pierre Servan-Schreiber, ¿cómo te involucraste en el caso de los katsinam de los hopis y por qué lo asumiste?

Skadden es un miembro de la asociación Alianza de Abogados por los Derechos Humanos, un foro al que aquellas ONGs que necesiten asesoría legal pro bono pueden enviar sus preguntas. Después la asociación las remite a los miembros de sus bufetes. La firma que primero levante la mano, por así decirlo, asume el trabajo.

Lawrence Keevama, un sacerdote Kachina, y Pierre Serva-Schereiber © Jean-Patrick Razon/Survival

¿Qué inspiró a Skadden a “levantar la mano”?

Pensé que la pregunta de Survival era interesante e intelectualmente estimulante: ¿puede suspenderse una subasta bajo el fundamento de que los artículos a vender son a) considerados sagrados y no vendibles por aquellos que los hicieron y b) fueran potencialmente, e incluso probablemente, robados a aquellas personas a quienes pertenecían?

Uno de mis socios me comentó que le gustaría asumir el caso y le sugerí que trabajáramos juntos. Uno de los aspectos más atractivos era que implicaba un cambio drástico con respecto a los casos en los que suelo trabajar.

Recibimos un email de la Alianza la mañana del 8 de abril de 2013. La subasta se realizaría el 12 de abril a las 14 horas. En ese plazo teníamos que ponernos en contacto con Survival International, preparar la carta de compromiso, revisar si existía algún conflicto de intereses y así sucesivamente. También necesitábamos asegurarnos de que los hopis tomaban parte, ya que pensaba que esto haría de nuestro caso algo más sólido. Contábamos con un margen de tiempo muy limitado.

¿Confiabas en poder ganar el caso de los hopis?

Sabía que las circunstancias no estaban a nuestro favor. Pero aún cuando perdiéramos, consideraba que era uno de esos peculiares casos legales en los que la cobertura mediática ayudaría a cambiar la opinión pública. Así que, desde mi punto de vista, merecía la pena luchar por él y, como nosotros trabajábamos en el caso de forma pro bono, los hopis y Survival no tenían nada que perder con intentarlo.

La noche posterior a la sentencia del Tribunal hablé por teléfono con el consejo hopi. Le dije a los hopis que habíamos perdido la batalla, pero no la guerra. Que en algún momento algún Tribunal dictaminaría que no todo en este mundo puede ser comprado o vendido.

¿Qué te hizo pensar que era importante que los katsinam fueran devueltos a los hopis?

Entendí rápidamente el significado vital de los katsinam para los hopis. El devenir de los katsinam y del pueblo hopi está interconectado por completo.

Pensé que sacar 70 katsinam a subasta (la colección más importante del mundo) era para los hopis comparable a que se vendiera un pedazo de la cruz en la que Jesucristo fue crucificado, o la reliquia de un santo para los católicos: se trata de algo tan profundamente enraizado en su religión que ponerlo a la venta al mejor postor era simplemente inconcebible.

El resultado fue desafortunado puesto que los katsinam serán vendidos y se dispersarán, y las posibilidades de que finalmente regresen a su verdadero hogar con los hopis son infinitamente reducidas.

Pero luché esta batalla como si yo mismo fuera un hopi.

¿Qué argumento utilizó para defender el caso de los hopis?

En Estados Unidos la ley que protege los objetos indígenas carece de efecto más allá de sus fronteras, así que en Francia no existían disposiciones legales para los katsinam. Tuvimos que adoptar la jurisprudencia francesa para llevar a cabo nuestros argumentos. Estos fueron:

1) Existe un dictamen del Tribunal Supremo en Francia según el cual tumbas y objetos funerarios no pueden ser comprados o vendidos. Mi argumento se basa en la actual función sagrada de los katsinam, su relación con aquellos que han partido y su rol de corporeizar el espíritu de los muertos. La relación de los hopis con los katsinam es similar a nuestra relación en Francia con los sepulcros, y con la manera en la que rezamos a los fallecidos en sus tumbas.

2) Otro órgano de la Ley Suprema de Francia dispone que cuando un objeto ha permanecido con una determinada familia por generaciones (en este caso específico, la familia d’Orléans, anterior familia real de Francia), uno de sus miembros no está autorizado a vender el objeto puesto que pertenece a toda ella y no a uno solo de sus integrantes, por lo tanto queda desautorizada su venta.

En este sentido nuestro argumento era que, aunque no había un estatuto específico en francés que proveyera de restricciones la venta de los katsinam, para los casos mencionados, la ley contaba con suficiente base legal para suspender la subasta.

Pierre Servan-Schreiber condujo por toda Arizona para devolver el katsina a los hopis © Jean-Patrick Razon/Survival

El juez de París sentenció que “a pesar de su carácter sagrado para los hopis, estas máscaras no eran cuerpos o partes de cuerpos”¿Cuál es su postura al respecto?

Lo cierto es que me disgustó mucho esta parte del juicio. No argumentamos que los katsinam fueran cuerpos o partes de cuerpos. Simplemente dijimos que eran considerados por los hopis como objetos vivientes. Para mí, la jueza justificó el fallo negativo del caso en base a esta idea. El hecho de que no respondiera a nuestros argumentos, basados en los casos legales de Francia, y que insistiera en esgrimir un articulo del Código Civil que no tenía nada que ver con el caso, me dio a entender que le incomodaba responder a nuestras preguntas directamente.

¿Por qué compraste un katsina? ¿Tienes alguna idea de lo que representa específicamente este katsina?

¡No planifiqué comprar uno! Después de la resolución del Tribunal me fui a comer con mi asociado y con Jean-Patrick Razon, de la oficina de Survival en Francia, y me comentaron que acudirían a la subasta.

Y de pronto se encendió la bombilla: tenía que intentar conseguir un katsina y devolvérselo a los hopis. Lo ví como un gesto simbólico de que no todo estaba perdido y de que la batalla no había sido en vano. Así que le di a mi socio un presupuesto y le pedí que me comprara un katsina . Más tarde, mi compañero me envió un mensaje para notificarme que era el orgulloso propietario del artículo nº 13.

¿Qué leyes crees que deberían existir para ventas similares en el futuro?

Creo que deberían aplicarse ciertos criterios para evitar que un artículo de este tipo sea vendido:

1) El artículo en sí debe ser considerado sagrado para las personas que lo crearon. Por ejemplo, una figura de la Virgen María no cumpliría con este criterio ya que es la Virgen María la que es sagrada para los católicos, no la figura en sí. De forma similar, los muñecos_katsina_, que representan a los katsinam en sí, no se consideran sagrados por los hopis y pueden ser libremente vendidos y comprados.

2) La religión o cultura debe permanecer viva hoy en día (lo que eliminaría objetos hechos, por ejemplo, por los aztecas).

3) No se podría tener acceso a la compra de estos artículos en ninguna parte del mundo. Por lo tanto, copias de la Santa Biblia, el Corán o algún otro texto sagrado no se incluirían bajo este criterio, ya que pueden ser libremente vendidos y comprados.

¿Puedes describir tu viaje a la tribu hopi de Arizona?

Toda la experiencia del proceso judicial hopi fue un viaje. Fue un recorrido que experimenté desde mi escritorio hasta que llegué a Arizona, uno fascinante sin duda alguna.

Sentí que devolver un katsina a los hopis era un acto simbólico que requería ir acompañado de un simbolismo que lo apuntalase: el viaje físico hasta la tierra hopi. Para mí, la única forma de hacerlo era en motocicleta. Expliqué a los hopis en un discurso que había montado motocicletas sin parar desde que tenía 14 años. Que ir en moto me había ayudado a definir quién era durante la difícil etapa adolescente, motivo por el cuál hice el recorrido hasta la tierra hopi en este vehículo.

Durante la hora que duró el trayecto hasta el hogar de los hopis sentía al viento jugar con las nubes; me embriagaba el aroma de la salvia silvestre, de la tierra húmeda y de los cedros. Ví como los rayos del sol irrumpían a través de nubes tormentosas y pintaban las rocas de un vibrante tono rojizo.

Iba solo por la carretera y no me importa reconocer que me sentí abrumado por la emoción ante la belleza que me rodeaba.

© Survival

¿Puedes hablarnos de los días que pasaste en la tierra de los hopis?

Pasé cuatro días con los hopis en su tierra, Hopituskwa. Conocí a representantes políticos del consejo tribal hopi así como a líderes religiosos. Eran extremadamente acogedores y emotivos. Fui recibido como si lo que hubiera traído de vuelta fuese el cuerpo de un hijo muerto en combate. Fue así de potente.

Para ilustrar este nivel de emoción: había resguardado el katsina durante un vuelo de 15 horas desde París y lo llevaba conmigo cuando llegué al aeropuerto Flagstaff. Una mujer hopi estaban en el aeropuerto para recibirme. Rompieron en lágrimas cuando me vieron, incluso antes de decirme “hola”.

¿Puedes describir la ceremonia de restitución?

La ceremonia de restitución se celebró en un lugar privado, en un cuarto sin ventanas. No tenía nada de vano ni de festivo. Para continuar con la analogía, de igual modo que el recibimiento del cuerpo de un hijo caído en batalla no sería motivo de júbilo, esto tampoco lo era.

Las dos cosas que nunca olvidaré fueron las conmovedoras palabras que dos hopis me susurraron al oído, y el haber sido invitado a bendecir el katsina antes de que un sacerdote se lo llevara.

Los hopis me dieron un muñeco katsina, una pequeña escultura que representa a un katsina con forma de rana. ¡Como hombre francés pensé que era muy apropiado!

“Después © Survival International

¿Puedes describirnos un poco más la “Danza del Hogar” de los hopis?

Fui invitado a asistir a una de las danzas hopis, la Danza del Hogar, que es la última danza del año. La mayoría de los bailes tratan sobre las importantes relaciones existentes entre el pueblo hopi con la lluvia y el maíz, la vida y la muerte, el dar y el recibir y su conexión con el medio ambiente.

Muy pocas personas no indígenas han presenciado estas danzas. No es que sean secretas, pero las personas que no son hopis no saben cuándo ni dónde tendrán lugar y pocos de los que logran averiguarlo están dispuestos a pasar un día entero de pie, bajo un sol incandescente, viendo los bailes desde el amanecer hasta la puesta de sol.

No me resulta sencillo describir los bailes de forma que pueda expresar su singularidad. Solo puedo decir que cuando uno ve a sesenta katsinam salir de un kiva (una edificación ceremonial), bajo la luz pura de un sol que se eleva, caminando en fila al son de los cascabeles hacia el centro de la aldea, donde toda la tribu espera en silencio por ellos, uno tiene la certeza de que ha sido testigo de algo absolutamente inolvidable.

No se permiten cámaras, vídeos o teléfonos inteligentes en las aldeas hopis. nadie puede pintar o hacer bocetos, así que no existe ninguna representación visual de los bailes.

¿Puedes decirnos que has aprendido de las creencias hopis?

Quedé muy marcado por la naturaleza comunal de su filosofía. A través de los katsinam ellos rezan para que las lluvias lleguen, pero también es una forma de rezar por la paz en el mundo, no solo la paz entre los hombres, pero también entre el hombre y la naturaleza.

Los hopis creen que los humanos han pasado a través de cuatro mundos y que cada mundo ha sido destruido porque los humanos no eran lo suficientemente buenos para merecer la vida. Solo unos pocos hombres moralmente fuertes eran admitidos para transitar al siguiente mundo.

La profecía hopi dice que en el siguiente mundo los hopis tendrán la opción de vivir en armonía con los elementos naturales como el viento o la lluvia, o bien de elegir un camino diferente. Elegir este camino puede significar el fin de los hopis como pueblo.

Cuando observo el mundo actual es fácil pensar que no nos movemos en la dirección correcta y que la profecía hopi podría ser muy cierta.

 

Unos días junto a los hopis

“Leila © Jean-Patrick Razon/Survival

En julio de 2013 mi compañera Kayla Wieche y yo tuvimos el honor de ser invitadas a la reserva hopi, junto a Pierre y el director de Survival en Francia, Jean-Patrick Razon, para asistir a la restitución devolución del katsina y presenciar la ceremonia de la Danza del Hogar.

Con una población aproximada de 18.000 personas, los hopis del noreste de Arizona viven a lo largo de tres mesetas, en doce comunidades diferentes. Después de un viaje a través del Desierto Mojave, dimos la bienvenida a la exuberante y verde flora de Flagstaff, Arizona. Flagstaff tiene un clima único y plantas singulares (las cumbres de San Francisco albergan especies de plantas que no existen en ninguna otra parte del mundo).

La mañana de la devolución nos reunimos con el presidente de la tribu hopi, LeRoy Shingoitewa, y otros miembros del Conejo Tribal, demás personal administrativo y líderes religiosos.

Pasamos la mañana escuchando historias del Consejo Tribal y de los líderes religiosos: cómo lograron posiciones de liderazgo y cómo los líderes religiosos son instruidos para ejercer sus responsabilidades desde la niñez y así cumplir con sus funciones hasta que no sean aptos físicamente para llevarlas a cabo; todo un honor y una responsabilidad de por vida.

“El © Leila Batmanghelidj/Survival

En un momento íntimo y emotivo, los líderes religiosos alimentaron el katsina con harina de maíz, un ritual pensado para nutrir el katsina después de haber estado lejos de su tierra ancestral por tanto tiempo. Por fin, un objeto sagrado para los hopis les era restituido.

El Niman, o “Danza del Hogar” es la última de las ceremonias del ciclo anual de los hopis y representa el retorno del katsinam a su hogar espiritual, en las cumbres de San Francisco. Nos despertamos muy temprano para presenciar las importantes danzas que duran desde el amanecer hasta la puesta de sol. Al visitar varias casas, fuimos bienvenidos con un aprecio y una calidez ilimitados y pudimos compartir conversaciones con los hombres, mujeres y niños hopis sobre la importancia de los katsinam y de cómo su rol es parte integral de su modo de vida. Hablamos sobre las campañas de Survival a escala mundial y de los paralelismos entre las luchas de los hopis y aquellas de tantos otros pueblos indígenas.

Tenemos la esperaza de que gracias a la cobertura mediática global de la subasta otras casas de subasta similares, comerciantes de arte y demás personas se lo piensen dos veces antes de dar un valor monetario a objetos sagrados que son la legítima posesión de los hopis.



Fotos del viaje cortesía de Jean-Patrick Razon, exdirector de Survival (Francia).

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