Escándalo: organizadores de Río 2016 acusan a indígenas de practicar “infanticidio, abuso sexual, violación, esclavitud y tortura”

12 septiembre 2016

Padre e hijo suruwahas, Brasil. En varias ocasiones, misioneros evangélicos han vertido falsas acusaciones de que este pueblo indígena practica el infanticidio. © Adriana Huber/Survival

Esta página se creó en 2016 y puede contener terminología en desuso.

En un comunicado de prensa oficial, los organizadores de los Juegos Paralímpicos de Río 2016 han acusado a los pueblos indígenas de Brasil de practicar infanticidio, abuso sexual, violación, esclavitud, tortura y otras “practicas tradicionales dañinas”, lo que ha causado indignación entre los activistas que luchan por los derechos humanos.

Los organizadores también han respaldado la “Ley Muwaji”, una propuesta de ley que promueven misioneros evangélicos en Brasil como forma de separar a familias indígenas.

Citando el caso de Iganani Suruwaha, una niña indígena con parálisis cerebral cuya madre huyó de su comunidad para una misión evangélica, el comunicado de prensa declara:

“En agosto de 2015 el Parlamento brasileño aprobó la ‘Ley Muwaji’ que pretende combatir prácticas tradicionales dañinas en comunidades indígenas, como infanticidio u homicidio, abuso sexual, violación individual o colectiva, esclavitud, tortura, abandono de personas necesitadas y violencia doméstica”.

La Ley Muwaji permite que las autoridades se lleven a niños indígenas lejos de sus familias y requiere que todos los miembros de una comunidad indígena informen a las autoridades sobre cualquier mujer embarazada en “situación de riesgo”. La ley se aplica a todos, incluidos los futuros padres y otros miembros de la familia. Todos aquellos que no informen sobre el embarazo cometen un crimen por el que pueden ser procesados.

Joven suruwaha con pintura facial, Brasil. © Armando Soares Filho/FUNAI/Survival

Parece que la madre y el padre tienen pocos derechos en este proceso. La ley propuesta no les permite recurrir a los tribunales la separación inicial de su hijo, o la decisión de darlo en adopción. No les da ningún derecho a ser informados sobre dónde ha sido llevado su bebé ni tampoco a recibir cualquier otra información sobre él, ni tan siquiera a mantener ningún tipo de relación con él.

En una conferencia sobre este tema organizada por UNICEF en 2009, un indígena brasileño declaró: “Este borrador de ley es racista porque no tiene en cuenta, o tan siquiera menciona, que los no indígenas asesinan a sus hijos mucho más. Si los blancos cometen este delito de forma más frecuente que los indígenas, ¿por qué se impulsa una ley solo contra los indígenas? Los blancos nos asesinan y no se les detiene. Nos enfrentamos a una ley racista: nuestros asesinos no son inculpados por una ley específica y en cambio nosotros sí”.

Informes exagerados sobre infanticidio y otras prácticas se utilizan desde hace tiempo para socavar los derechos de los pueblos indígenas, incluso aunque estos actos tengan lugar al menos con tanta frecuencia como en las sociedades industriales.

El director de Survival, Stephen Corry, declaró: “Los organizadores de Río 2016 han hecho que los indígenas parezcan monstruos crueles e inhumanos con el espíritu del desprecio colonial del siglo XIX cuando se les llamaba con desdén ‘brutales salvajes’. En realidad los pueblos indígenas son retratados de esta manera simplemente porque sus costumbres comunitarias son distintas. Por supuesto que algunos individuos indígenas son a veces culpables de actos de una brutalidad espantosa, pero no más de lo que lo son individuos no indígenas. La ley Muwaji es un intento conjunto por parte de misioneros fundamentalistas de calumniar a los indígenas llamándoles asesinos de niños y haciendo que sea más fácil robarles a sus hijos".

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