El programa de “desarrollo” militar de Indonesia hace que cunda el miedo en Papúa Occidental

24 abril 2013

La presencia militar en Papúa Occidental va casi siempre acompañada de violaciones de derechos humanos como asesinatos, arrestos arbitrarios, violaciones y torturas. © Survival International

Esta página se creó en 2013 y puede contener terminología en desuso.

Líderes papúes han expresado su preocupación por los planes de que más de mil soldados indonesios construyan 1.500 kilómetros de nuevas carreteras en los próximos dos años para acelerar el “desarrollo” de Papúa Occidental

El Gobierno asegura que la agitación en la región se debe a una falta de “desarrollo”, mientras que los papúes culpan de sus problemas a la violación de sus derechos políticos y humanos. Survival International y muchos papúes temen que la llegada de soldados no traerá ni desarrollo ni paz a la región.

Un líder papú, Rev Socratez Yoman, dijo en declaraciones a Survival: “Los papúes occidentales no necesitan grandes carreteras, sino una vida mejor en su propia tierra, sin intimidación, terror, abusos y asesinatos”.

Otro líder, Markus Haluk, advirtió de que las carreteras abrirán la selva a la tala ilegal, mucha de la cual será perpetrada por el ejército.

La presencia militar en Papúa Occidental va casi siempre acompañada de violaciones de derechos humanos como asesinatos, arrestos arbitrarios, violaciones y torturas.

“El mal llamado ‘desarrollo’”: https://www.survival.es/progresopuedematar ya ha causado un daño tremendo al pueblo de Papúa. A pesar de la presencia de la mina de oro más grande del mundo, Papúa Occidental sigue siendo la región más pobre de Indonesia, con una tasa de VIH/SIDA, se piensa, veinte veces más alta que en el resto del país. Muchos de los casos de VIH/SIDA pueden achacarse a la industria sexual, que ha acompañado a la llegada de los trabajadores migrantes en las industrias pesquera, maderera y minera.

Muchos papúes creen que el ejército tiene un interés particular en introducir el VIH/SIDA en Papúa Occidental, y lo ven como un intento de limpieza étnica. En algunas zonas los militares han proporcionado alcohol y prostitutas para sobornar a los líderes tribales y conseguir así acceso a su tierra y recursos. La enfermedad está devastando a algunas tribus. Las tasas son especialmente altas en zonas donde el llamado “desarrollo” ya se ha producido, como en las cercanías de la mina Grasberg, de propiedad británica y estadounidense.

Survival International ha pedido al Gobierno de Indonesia que acabe con las violaciones de derechos humanos en Papúa Occidental y que entable conversaciones significativas con el pueblo papú, para que este pueda decidir su propio modo de vida, sus propias prioridades de desarrollo, y su propio futuro.

Para más información sobre el impacto de imponer el “desarrollo” a los pueblos indígenas y tribales, visita la campaña de Survival El progreso puede matar

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