Indígenas piden a la presidenta de Brasil que paralice una presa

10 febrero 2011

Indígenas amazónicos en una manifestación contra la presa de Belo Monte. © Amazon Watch

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Cientos de personas, entre ellas más de 80 indígenas amazónicos, se reunieron ayer frente al Palacio del Congreso y la Presidencia de Brasil para protestar contra el proyecto de presa de Belo Monte en la selva amazónica.

Una delegación de indígenas entraron en el Palacio de la Presidencia para entregar una petición firmada por medio millón de personas, en la que se pide a la nueva presidenta de Brasil Dilma Roussef que ponga fin a la “desastrosa” presa.

Los indígenas también entregaron una carta firmada por más de 78 organizaciones de la sociedad civil que advierte de los enormes riesgos que implica el proyecto de presa y pide que se paralice. Descargar la carta (en portugués, 258KB pdf).

Megaron Txucarramãe, un indígena kayapó que participó en la manifestación, ha declarado hoy: “Belo Monte causará un daño tremendo a los indígenas y a nuestra tierra. Inundará nuestra selva. Nuestra selva nos da comida, nuestro río nos da peces. Todo será destruido si se construye la presa. ¡Nuestro mensaje para Dilma es que Belo Monte no debe construirse!”.

Sheyla Juruna del pueblo indígena juruna ha dicho: “Es una lucha a vida o muerte… Si sigue adelante con esta presa, el Gobierno de Dilma está vulnerando nuestros derechos. No se trata sólo de defender el río Xingú, se trata de la salud de la selva amazónica y de nuestro planeta”.

Si se construye, la presa de Belo Monte causaría una enorme devastación a la selva de la que los indígenas dependen para sobrevivir. Los indígenas no han dado su consentimiento para que el proyecto siga adelante.

Los indígenas aislados de la zona son especialmente vulnerables ya que tienen poca inmunidad a enfermedades provenientes del exterior y cualquier contacto con los inmigrantes que se espera lleguen para la construcción de la presa podría ser mortal para ellos.

Survival International ha escrito a la presidenta Rousseff para advertirla de que Belo Monte pone en grave peligro las vidas y la subsistencia de los pueblos indígenas de la zona, especialmente las de los indígenas aislados.

El mes pasado, la agencia medioambiental de Brasil, IBAMA, emitió una licencia de construcción parcial de la presa, a pesar de que el consorcio constructor, Norte Energia, no cumple con muchas de las condiciones sociales y medioambientales requeridas para que se conceda la licencia.

La oposición a la presa va en aumento entre grupos medioambientales y de derechos humanos, abogados, científicos, economistas y políticos dentro y fuera de Brasil.

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