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Los masáis

Las granjas particulares y los cotos de caza desplazan a los masáis

Los masáis son desalojados sin piedad para dejar paso a cotos de caza y ranchos.

¿Cómo viven?

Para los masáis, el ganado es lo que determina la calidad de vida, y la carne y la leche son los mejores alimentos. Su antiguo ideal era vivir exclusivamente del ganado, ya que los otros alimentos los podían obtener mediante el trueque. Hoy, sin embargo, también necesitan cultivar.

Trasladan sus rebaños de un lugar a otro, de forma que el pasto pueda volver a crecer. Tradicionalmente, esto ha sido posible gracias a un sistema comunal de tenencia de tierras en el que todos comparten el acceso al agua y los pastos de una zona.

Hoy en día, los masáis se han visto cada vez más forzados a sedentarizarse y muchos consiguen trabajo en las ciudades.

La sociedad masái se organiza en grupos de edad masculinos, cuyos miembros deben superar ritos de iniciación para convertirse en guerreros, y más tarde ancianos.

No tienen jefes, aunque cada sección tiene un laibon o líder espiritual. Los masáis veneran a un dios que vive en todas las cosas, pero que puede manifestarse tanto de forma benévola como destructiva. Actualmente, sin embargo, muchos masáis pertenecen a distintas iglesias cristianas.

¿A qué problemas se enfrentan?

Una amenaza para los masáis proviene de los cazadores de la región de Loliondo, en el norte de Tanzania. Allí, las autoridades han quemado poblados masáis, y miles de sus habitantes han sido evacuados brutalmente para conceder un mayor acceso a territorios de caza a una compañía, la Otterlo Business Corporation Ltd (OBC).


Mujer masái en el sur de Kenia © Adrian Arbib/Survival

La mayor parte de lo que fuera territorio masái ya ha sido usurpado por haciendas o granjas privadas, para proyectos gubernamentales, parques naturales o concesiones privadas de caza. En general, conservan sólo las áreas más secas y menos fértiles.

El estrés que esto provoca en sus rebaños se ve con frecuencia agravado por los intentos del Gobierno de “desarrollar” a los masáis, basándose en la idea de que tienen demasiado ganado para la extensión de tierra.

Sin embargo, en realidad son productores ganaderos muy eficientes, y rara vez poseen más animales de los que necesitan o de los que la tierra puede sustentar. Estos intentos de “desarrollarlos” tratan de modificar su sistema de acceso compartido a la tierra.

Mientras que esto ha favorecido a los no indígenas y a algunos masáis emprendedores que han tenido los medios para comprar tierras o venderlas, a menudo ha empobrecido el suelo y ha traído pobreza a la mayor parte de los masáis, que se han quedado con poca tierra y la menos fértil.

¿Cómo los ayuda Survival?

Desde 1993, Survival ha ayudado a varios grupos masáis en su lucha por la tierra. En Kenia, conseguimos fondos para un programa de sensibilización contra la venta de tierras, y apoyamos a los iloodoariaks y los mosiros, que están luchando contra el robo de su tierra por medio de una estafa.

En Tanzania, hemos respaldado la reclamación de los masáis del Área de Conservación del Ngorongoro para tener una voz en la administración de esta, y hemos apoyado los intentos de defender la montaña sagrada Endoinyo Ormoruwak (“Montaña de los Ancianos”).

Survival está apoyando a los masáis de Loliondo en su exigencia de retornar a sus tierras en Loliondo y su reclamación de una investigación independiente sobre las violentas expulsiones.

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