Ngigoro, un hombre de hongana manyawa de la selva tropical de Halmahera, Indonesia, tiene un mensaje para las compañías automotrices que quieren comprar níquel para sus vehículos eléctricos: “Si proviene de Ake Jira, en Halmahera, por favor, no lo compren”.

Ngigoro se encuentra frente a una parte de la mina de níquel de Weda Bay, la más grande del mundo, operada por la minera francesa Eramet. Tras ser extraído de la selva tropical, el níquel podría terminar en baterías de autos eléctricos, proporcionando un estilo de vida supuestamente “sostenible” a personas a miles de kilómetros de distancia.

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