Asimilación

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Destrucción

Los intentos del Gobierno canadiense de asimilar a pueblos indígenas como el de los innus han devastado a comunidades enteras. Los niños fueron enviados a internados donde se hizo que se avergonzaran de su cultura y donde se los aisló de sus tradiciones. Los índices de abuso de sustancias y de suicidio están por las nubes entre los jóvenes de pueblos indígenas que han sido asimilados a la fuerza.

UNICEF ha informado de que la presión que se ejerce sobre las comunidades tribales cuando los gobiernos tratan de “homogeneizarlos y asimilarlos” tiene como consecuencia directa el sufrimiento de los niños indígenas.

Las políticas de asimilación, en la práctica, llevan a la extinción de pueblos, lenguas y culturas. Sobre el papel la mayoría de los gobiernos han rechazado la asimilación adhiriéndose a la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.

Obligar a los pueblos indígenas y tribales a integrarse era una política habitual en los tiempos coloniales. Desde entonces, el primer acuerdo internacional sobre pueblos indígenas se ha convertido en algo vergonzoso debido a su énfasis en la asimilación. Ha sido reemplazado por el Convenio 169 de la OIT, la norma internacional de mayor calado para los pueblos indígenas y tribales, que sin embargo pocos países han ratificado.

La Declaración de la ONU sobre Pueblos Indígenas, que cuenta con el apoyo de la mayoría de los países, establece que “los pueblos y los individuos indígenas tienen derecho a no ser sometidos a una asimilación forzada ni a la destrucción de su cultura”. Y sin embargo, en algunos estados que votaron a favor de la Declaración, como la India, los pueblos tribales siguen siendo presionados para “unirse a la sociedad dominante”: esto debe cambiar.

Orgullosos, no primitivos

Una de las cosas que estas políticas destruyen con frecuencia es el orgullo que los pueblos indígenas y tribales sienten de sí mismos, de su modo de vida y de su tierra.

“Somos felices aquí, pues tenemos nuestra tierra y nuestro bosque. Estoy orgulloso de mi modo de vida. Aquí todos vivimos en nuestra propia tierra. Cada propiedad tiene sus campos con nuestro ganado, nuestros cultivos y el bosque cerca. Queremos quedarnos como estamos, aquí, en nuestra tierra. El dinero no nos vale de nada. Nos volveríamos locos y viajaríamos en aviones y nos lo gastaríamos todo y todos acabaríamos siendo mendigos”.

- Anciano, Bhil, India

Los indígenas, si viven en su propia tierra, prosperan en todo el mundo. Saben lo que necesitan y lo que quieren y sus elecciones deben ser escuchadas y respetadas.

“No somos ni pobres ni primitivos. Somos muy ricos. Ricos en nuestra cultura, en nuestra lengua y en nuestra tierra. No necesitamos dinero o posesiones. Lo que necesitamos es respeto: respeto por nuestra cultura y respeto por nuestros derechos territoriales”.

- Davi Yanomami, yanomami, Brazil
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