Hasta siempre, Damiana Cavanha, guerrera y lideresa espiritual guaraní-kaiowá

© Paul Patrick Borhaug/Survival

Con tristeza anunciamos que ha muerto Damiana Cavanha, una mujer inspiradora para quienes tuvimos la suerte de conocerla. 

Damiana fue una lideresa guaraní-kaiowá del estado brasileño de Mato Grosso do Sul cuyo espíritu de lucha inspiró también a todo el movimiento indígena de Brasil.

La vida de Damiana estuvo marcada por la tragedia y la lucha encarnizada, pero nunca cejó en su empeño de recuperar su tierra ancestral. Profundamente arraigada a su familia y a su comunidad, su valentía y tenacidad ante la adversidad se hicieron conocidas en todo el país.  

Damiana y los suyos fueron expulsados a punta de pistola de su tekoha (tierra ancestral) Apy Ka'y, en el estado brasileño de Mato Grosso do Sul, a principios de la década de 1990, cuando las empresas agroalimentarias se la apropiarony para plantar grandes extensiones de caña de azúcar. 

"Lo perdimos todo y nos vimos obligados a vivir al borde de la carretera, donde no podemos cultivar nada, y tuvimos que mendigar", decía Damiana.

Durante años, Damiana y su familia estuvieron confinados en una pequeña franja de terreno junto a una carretera muy transitada, teniendo que soportar el estruendo constante de los camiones. 

Hilário, el marido de Damiana, y tres de sus hijos, Agnaldo, Sidnei y Wagner, murieron en accidentes en la carretera. Al otro lado de esta, una valla de alambre de espino les impedía el acceso a su antiguo territorio y hombres armados lo patrullaban continuamente para imponerles su desposesión

La única fuente de agua potable de la comunidad era (y sigue siendo) un pequeño arroyo, que está contaminado por los pesticidas de las plantaciones de caña de azúcar. De hecho, parece ser que una mujer guaraní murió envenenada. 

Al menos tres miembros de los 15 grupos familiares que conformaban Apy Ka'y se suicidaron, desesperados por las constantes amenazas y el hostigamiento al que los sometía el terrateniente de las plantaciones de caña de azúcar, por las terribles condiciones en las que se veían obligados a vivir y ante la falta de avances por parte de las autoridades en el reconocimiento de sus derechos territoriales.

Damiana nunca se rindió. Desafió a pistoleros, terratenientes y políticos, asumiendo un gran riesgo personal, para liderar varias retomadas (reocupación de su tierra) en los últimos 15 años. Todas fueron brutalmente reprimidas: los pistoleros expulsaron repetidamente a los kaiowás, disparándoles, quemando sus casas y destruyendo sus propiedades

En una de las expulsiones, un bebé guaraní de solo 7 meses murió de frío y desnutrición, mientras hombres armados patrullaban las 24 horas del día alrededor del campamento guaraní, amenazando a Damiana y a su familia.

Damiana declaró: "Nunca me iré de aquí. Moriré en nuestra tierra ancestral. No huiré. Soy una mujer, una guerrera y no tengo miedo".  ["Eu não vou sair daqui. Eu vou morrer em nossa terra ancestral. Eu não vou fugir. Eu sou mulher, guerreira, eu não estou com medo"].

Tras una retomada en agosto de 2013, las chozas chabolas, en las que estaban abocadas a vivir, de la comunidad fueron incendiadas y todas sus posesiones destruidas. Damiana se mostró tan desafiante como siempre: "Decimos a todo el mundo que hemos decidido resistir aquí, junto al arroyo y al borde del bosque, en nuestra tierra reocupada".

Los guaraníes han perdido a una de sus lideresas más fuertes, y en Survival hemos perdido a una querida amiga. Por desgracia, Damiana se ha ido sin que su comunidad haya podido regresar a su tierra, pero su espíritu de lucha seguirá vivo: su presencia sigue muy viva, inspirando a su comunidad, al movimiento indígena de Brasil y a todos nosotros. 

Buen viaje, Damiana.

 

 

 

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