A medida que la monocultura global erosiona la diversidad cultural, la variedad de festivales y rituales tribales nos recuerda que los humanos tenemos percepciones diversas y prioridades diferentes, y que elegimos distintos (y exitosos) modos de vida.

Hay rituales que se celebran en honor de las tierras que son el sustento de los pueblos indígenas y tribales y de los espíritus que los protegen. Marcan el paso de las estaciones, la fertilidad de los cultivos y los ciclos de la vida humana. Se utilizan para purificar la tierra, poner al sol en su curso, ayudar a que las nieves se derritan para irrigar los cultivos y hacer que una partida de caza amazónica tenga éxito.

Cuando los pueblos indígenas pierden sus tierras, como viene ocurriendo desde hace siglos, pierden sus medios de subsistencia. Pero también pierden la base de su identidad como pueblos y la inspiración para sus festivales.

Hay rituales que se celebran en honor de las tierras que son el sustento de los pueblos indígenas y tribales y de los espíritus que los protegen. Marcan el paso de las estaciones, la fertilidad de los cultivos y los ciclos de la vida humana. Se utilizan para purificar la tierra, poner al sol en su curso, ayudar a que las nieves se derritan para irrigar los cultivos y hacer que una partida de caza amazónica tenga éxito.

Cuando los pueblos indígenas pierden sus tierras, como viene ocurriendo desde hace siglos, pierden sus medios de subsistencia. Pero también pierden la base de su identidad como pueblos y la inspiración para sus festivales.

© Eric Lafforgue/Survival



El mayor festival de Mongolia, _naadam_, se celebra cada año con carreras de caballos de hasta 30 kilómetros de distancia; los jockeys son niños de entre seis y doce años.

El mayor festival de Mongolia, naadam, se celebra cada año con carreras de caballos de hasta 30 kilómetros de distancia; los jockeys son niños de entre seis y doce años.

© Bruno Morandi/Survival International

Bolivia: en la vasta y ventosa meseta de los Andes centrales, los indígenas aymaras beben _chicha_, una bebida hecha de maíz y pimiento rojo, durante las celebraciones del festival aymara.

Bolivia: en la vasta y ventosa meseta de los Andes centrales, los indígenas aymaras beben chicha, una bebida hecha de maíz y pimiento rojo, durante las celebraciones del festival aymara.

© Rhodri Jones/Panos Pictures

_Yãkwa_ mantiene la armonía del mundo y consiste en un intercambio de comida de cuatro meses de duración entre los enawene nawes y los espíritus _yakairiti_ subterráneos, que son los dueños de los peces y de la sal.

Yãkwa mantiene la armonía del mundo y consiste en un intercambio de comida de cuatro meses de duración entre los enawene nawes y los espíritus yakairiti subterráneos, que son los dueños de los peces y de la sal.

© Fiona Watson/Survival

Los enawene nawes son expertos pescadores. Con las primeras luces del alba, hombres enawene nawes del estado de Mato Grosso, en Brasil, se reúnen frente al _haiti_: la casa de las flautas sagradas. 

Acaban de regresar de sus campamentos en la selva para celebrar la más importante ceremonia de pesca del año: el banquete _Yãkwa_.

Los enawene nawes son expertos pescadores. Con las primeras luces del alba, hombres enawene nawes del estado de Mato Grosso, en Brasil, se reúnen frente al haiti: la casa de las flautas sagradas.

Acaban de regresar de sus campamentos en la selva para celebrar la más importante ceremonia de pesca del año: el banquete Yãkwa.

© Fiona Watson/Survival

Durante los últimos años, sin embargo, la tribu ha tenido problemas para celebrar _Yãkwa_ debido al declive en la pesca, consecuencia de la deforestación y de la construcción de presas hidroeléctricas. Recientemente la UNESCO ha hecho un llamamiento para que se proteja de forma urgente el ritual _Yãkwa_, y se ha referido a él como “patrimonio cultural intangible”.

Durante los últimos años, sin embargo, la tribu ha tenido problemas para celebrar Yãkwa debido al declive en la pesca, consecuencia de la deforestación y de la construcción de presas hidroeléctricas. Recientemente la UNESCO ha hecho un llamamiento para que se proteja de forma urgente el ritual Yãkwa, y se ha referido a él como “patrimonio cultural intangible”.

© Fiona Watson/Survival

Los indígenas awás de Brasil viven entre las selvas ecuatoriales de la Amazonia en el oeste y las sabanas del este.

Durante su ritual de la luna llena, los hombres abandonan la Tierra para adentrarse en el  _iwa_, el dominio de los espíritus. Con su oscuro pelo adornado con plumas de zopilote real, los hombres entran en comunión con los espíritus a través de un trance inducido por los cánticos. Este ritual sagrado dura hasta el amanecer.

Los indígenas awás de Brasil viven entre las selvas ecuatoriales de la Amazonia en el oeste y las sabanas del este.

Durante su ritual de la luna llena, los hombres abandonan la Tierra para adentrarse en el iwa, el dominio de los espíritus. Con su oscuro pelo adornado con plumas de zopilote real, los hombres entran en comunión con los espíritus a través de un trance inducido por los cánticos. Este ritual sagrado dura hasta el amanecer.

© Lewis Davies/Survival

Las mujeres awás decoran a sus esposos con plumas de zopilote, empleando resina de árbol como pegamento, para el viaje hacia los espíritus de la selva.

La selva de los awás está desapareciendo más rápido que la de cualquier otra zona indígena en la Amazonia brasileña. Más del 30% de uno de sus territorios ya ha sido arrasado para dejar paso a las haciendas ganaderas. 

En este proceso los awás han sido también testigos del asesinato de sus gentes a manos de los _karaís_, o no indígenas.

Las mujeres awás decoran a sus esposos con plumas de zopilote, empleando resina de árbol como pegamento, para el viaje hacia los espíritus de la selva.

La selva de los awás está desapareciendo más rápido que la de cualquier otra zona indígena en la Amazonia brasileña. Más del 30% de uno de sus territorios ya ha sido arrasado para dejar paso a las haciendas ganaderas.

En este proceso los awás han sido también testigos del asesinato de sus gentes a manos de los karaís, o no indígenas.

© Toby Nicholas/Survival

Un juez federal de Brasil ha descrito la situación de los awás como un "genocidio".

Ahora son la tribu más amenazada de la Tierra.

Un juez federal de Brasil ha descrito la situación de los awás como un “genocidio”.

Ahora son la tribu más amenazada de la Tierra.

© Lewis Davies/Survival

Las colinas de Niyamgiri son una zona de frondosos bosques, profundas gargantas y bellas cascadas en el estado de Odisha, en el este de la India. 

La región es el hogar de la tribu dongria kondh, cuya supervivencia depende de su simbiótica relación con su entorno natural. Los dongrias veneran al dios de la montaña Niyam Raja Penu y a su trono en Niyam Donga, la  Montaña de la Ley, de 4.000 metros de altitud.

Durante los festivales de la cosecha, los dongria kondhs sacrifican búfalos para su dios y un hombre sagrado corre por carbones ardiendo._"Niyam Raja es nuestro dios y le rendimos culto"_, explica un hombre dongria. _"Veneramos las rocas, las colinas, nuestros hogares y nuestras comunidades"._

Las colinas de Niyamgiri son una zona de frondosos bosques, profundas gargantas y bellas cascadas en el estado de Odisha, en el este de la India.

La región es el hogar de la tribu dongria kondh, cuya supervivencia depende de su simbiótica relación con su entorno natural. Los dongrias veneran al dios de la montaña Niyam Raja Penu y a su trono en Niyam Donga, la Montaña de la Ley, de 4.000 metros de altitud.

Durante los festivales de la cosecha, los dongria kondhs sacrifican búfalos para su dios y un hombre sagrado corre por carbones ardiendo.“Niyam Raja es nuestro dios y le rendimos culto”, explica un hombre dongria. “Veneramos las rocas, las colinas, nuestros hogares y nuestras comunidades”.

© Sanjit Das/Panos Pictures

Cuando el aire se llena del polvoriento olor de la cúrcuma y las mujeres jóvenes se han teñido los brazos de su rico amarillo ha llegado el momento de una boda dongria kondh.

Cuando el aire se llena del polvoriento olor de la cúrcuma y las mujeres jóvenes se han teñido los brazos de su rico amarillo ha llegado el momento de una boda dongria kondh.

© Jason Taylor/Surviival

El modo de vida de los dongrias está ahora amenazado por la empresa minera Vedanta Resources, que desde hace tiempo está decidida a extraer la bauxita que se encuentra bajo las colinas de Niyamgiri. La mina a cielo abierto de Vedanta dinamitaría la cumbre de Niyam Dongar, destruiría los bosques de Niyamgiri, perturbaría el curso de los ríos y acabaría con los dongria kondhs como pueblo floreciente y diferenciado.

El modo de vida de los dongrias está ahora amenazado por la empresa minera Vedanta Resources, que desde hace tiempo está decidida a extraer la bauxita que se encuentra bajo las colinas de Niyamgiri. La mina a cielo abierto de Vedanta dinamitaría la cumbre de Niyam Dongar, destruiría los bosques de Niyamgiri, perturbaría el curso de los ríos y acabaría con los dongria kondhs como pueblo floreciente y diferenciado.

© Jason Taylor/Survival

Los festivales tribales también rinden homenaje a los diferentes ciclos de la vida humana.

En el este de África, un joven masái toca el cuerno de un gran antílope kudu para reunir a los _moranes_ para la ceremonia del _e unoto_, que anuncia la transición de adolescente _moran_ a adulto.

La ceremonia consiste en varios días de cantos y danzas.

Los festivales tribales también rinden homenaje a los diferentes ciclos de la vida humana.

En el este de África, un joven masái toca el cuerno de un gran antílope kudu para reunir a los moranes para la ceremonia del e unoto, que anuncia la transición de adolescente moran a adulto.

La ceremonia consiste en varios días de cantos y danzas.

© Caroline Halley des Fontaines/Survival

Grandes extensiones de tierra masái en Tanzania ya han sido ocupadas para la instalación de explotaciones agrícolas privadas, proyectos gubernamentales, parques naturales o concesiones de caza privadas.  

_"Nuestros antepasados lideraron a nuestro pueblo más allá de los horizontes más lejanos. Su fuerza y poder se ve en nuestras leyendas. No debemos seguir el camino de aquellas razas de hombres que han desaparecido de la faz de la tierra"._ 

_"Nos respalda nuestra cultura, y nuestro coraje, orgullo y noble verdad"._

Lemeikoki Ole Ngiyaa

Grandes extensiones de tierra masái en Tanzania ya han sido ocupadas para la instalación de explotaciones agrícolas privadas, proyectos gubernamentales, parques naturales o concesiones de caza privadas.

“Nuestros antepasados lideraron a nuestro pueblo más allá de los horizontes más lejanos. Su fuerza y poder se ve en nuestras leyendas. No debemos seguir el camino de aquellas razas de hombres que han desaparecido de la faz de la tierra”.

“Nos respalda nuestra cultura, y nuestro coraje, orgullo y noble verdad”.

Lemeikoki Ole Ngiyaa

© Caroline Halley des Fontaines/Survival

En Etiopía, antes de que un hombre hamar pueda casarse tiene que correr sobre una fila de ganado.

Cubierto de excrementos para darle fuerza, un hombre debe correr por encima de hasta 30 cabezas de ganado cuatro veces, sin caerse. Si lo consigue, el hombre se convierte en 
_Maza_: hombres que han superado con éxito este rito de paso.

En Etiopía, antes de que un hombre hamar pueda casarse tiene que correr sobre una fila de ganado.

Cubierto de excrementos para darle fuerza, un hombre debe correr por encima de hasta 30 cabezas de ganado cuatro veces, sin caerse. Si lo consigue, el hombre se convierte en
Maza: hombres que han superado con éxito este rito de paso.

© Mario Gerth/Survival


Antes de la ceremonia del salto del ganado, las mujeres hamares tocan sus cuernos y gritan burlas a los _mauzas_, un grupo de hombres que ya ha superado el rito y que luego fustigará a las mujeres. Las hamares estiman las cicatrices que les quedan como prueba de la devoción de sus esposos.
 
Hoy en día estas tribus están amenazadas por una megapresa hidroeléctrica y la usurpación asociada de tierras para plantaciones. La presa bloqueará la parte suroeste del río impidiendo el ciclo de inundaciones naturales y poniendo en peligro los métodos de cultivo de las tribus, basados en la retirada de las aguas.

Antes de la ceremonia del salto del ganado, las mujeres hamares tocan sus cuernos y gritan burlas a los mauzas, un grupo de hombres que ya ha superado el rito y que luego fustigará a las mujeres. Las hamares estiman las cicatrices que les quedan como prueba de la devoción de sus esposos.

Hoy en día estas tribus están amenazadas por una megapresa hidroeléctrica y la usurpación asociada de tierras para plantaciones. La presa bloqueará la parte suroeste del río impidiendo el ciclo de inundaciones naturales y poniendo en peligro los métodos de cultivo de las tribus, basados en la retirada de las aguas.

© Ingetje Tadros/ingetjetadros.com

El mundo de los espíritus es una presencia constante y una parte fundamental de muchas sociedades indígenas.

Los chamanes yanomamis (xapiripë thëpë) están guiados por espíritus (xapiripë) y por la sabiduría de sus ancestros. Controlan las tormentas y advierten a los vientos, evitan que el cielo se caiga y usan sus poderes para garantizar el éxito en la caza, curan enfermedades y hacen huir a los espíritus hostiles.

El mundo de los espíritus es una presencia constante y una parte fundamental de muchas sociedades indígenas.

Los chamanes yanomamis (xapiripë thëpë) están guiados por espíritus (xapiripë) y por la sabiduría de sus ancestros. Controlan las tormentas y advierten a los vientos, evitan que el cielo se caiga y usan sus poderes para garantizar el éxito en la caza, curan enfermedades y hacen huir a los espíritus hostiles.

© Claudia Andujar/Survival

La mayoría de los rituales yanomamis están floreciendo: Survival lideró una exitosa campaña internacional por la demarcación de su territorio.

La mayoría de los rituales yanomamis están floreciendo: Survival lideró una exitosa campaña internacional por la demarcación de su territorio.

© Claudia Andujar/Survival

La danza es una vibrante expresión de las creencias espirituales de los pueblos indígenas y tribales.

En los estrechos valles del Hindu Kush, en Pakistán, el pueblo kalash celebra el solsticio de invierno con el festival de _choimus_, en el que las jóvenes bailan alrededor de hogueras mientras cantan himnos al espíritu de Balomain y ofrecen alimentos de temporada a sus ancestros.

La danza es una vibrante expresión de las creencias espirituales de los pueblos indígenas y tribales.

En los estrechos valles del Hindu Kush, en Pakistán, el pueblo kalash celebra el solsticio de invierno con el festival de choimus, en el que las jóvenes bailan alrededor de hogueras mientras cantan himnos al espíritu de Balomain y ofrecen alimentos de temporada a sus ancestros.

© David Stewart-Smith/Survival

_"Había nacido bailarín y tenía un baile para todo"._

Laurens van der Post, extracto de _El Mundo Perdido del Kalahari._

“Había nacido bailarín y tenía un baile para todo”.

Laurens van der Post, extracto de El Mundo Perdido del Kalahari.

© Brent Stirton/Survival

Durante la danza del trance bosquimana, los bailarines rodean el fuego, dando palmas y cantando rítmicamente, con los capullos de polilla que llevan atados a los tobillos repiqueteando a cada paso. La euforia inducida por el trance puede generar _num_, una energía abrasadora.

Durante la danza del trance bosquimana, los bailarines rodean el fuego, dando palmas y cantando rítmicamente, con los capullos de polilla que llevan atados a los tobillos repiqueteando a cada paso. La euforia inducida por el trance puede generar num, una energía abrasadora.

© Brent Stirton/Survival

Desgraciadamente, los bosquimanos del sur de África son uno de los pueblos más castigados de la historia de su región.

Fueron cazadores-recolectores durante milenios, pero cuando se descubrieron diamantes en sus tierras ancestrales de la Reserva de Caza del Kalahari Central (CKGR por sus siglas en inglés), muchos fueron expulsados a la fuerza de sus hogares. Se los condujo a campos de reasentamiento fuera de la reserva, donde abundan la prostitución, la depresión, el alcoholismo y el VIH, problemas con los que nunca antes se habían encontrado.

Desgraciadamente, los bosquimanos del sur de África son uno de los pueblos más castigados de la historia de su región.

Fueron cazadores-recolectores durante milenios, pero cuando se descubrieron diamantes en sus tierras ancestrales de la Reserva de Caza del Kalahari Central (CKGR por sus siglas en inglés), muchos fueron expulsados a la fuerza de sus hogares. Se los condujo a campos de reasentamiento fuera de la reserva, donde abundan la prostitución, la depresión, el alcoholismo y el VIH, problemas con los que nunca antes se habían encontrado.

© Brent Stirton/Survival

Cuando los pueblos indígenas y tribales son expulsados de sus hogares, cuando sus tierras son destruidas en nombre del “progreso”, su sufrimiento salta a la vista: el alcoholismo, las enfermedades crónicas, la mortalidad infantil y el desempleo son, con frecuencia, las consecuencias de ser asimilados forzosamente a las sociedades dominantes.

Cuando a los pueblos indígenas y tribales se los arranca de las tierras que inspiran sus canciones, sus bailes, sus mitos y sus memorias, la consecuencia habitual es la depresión profunda. Esas son las piedras de toque creativas mediante las que se identifican: los rituales representan una miríada de imaginativas formas de interpretar la vida. Sin sus hogares, el tejido de su identidad se desmorona.

Cuando los pueblos indígenas y tribales son expulsados de sus hogares, cuando sus tierras son destruidas en nombre del “progreso”, su sufrimiento salta a la vista: el alcoholismo, las enfermedades crónicas, la mortalidad infantil y el desempleo son, con frecuencia, las consecuencias de ser asimilados forzosamente a las sociedades dominantes.

Cuando a los pueblos indígenas y tribales se los arranca de las tierras que inspiran sus canciones, sus bailes, sus mitos y sus memorias, la consecuencia habitual es la depresión profunda. Esas son las piedras de toque creativas mediante las que se identifican: los rituales representan una miríada de imaginativas formas de interpretar la vida. Sin sus hogares, el tejido de su identidad se desmorona.

© Eric Lafforgue/Survival

_"He construido mi hogar sobre la tierra y mis hijos y nietos son felices a mi alrededor"._

_"He construido mi iglesia sobre la tierra y nuestros pies descalzos la han endurecido con nuestros bailes"._
 

Akawaio, Guyana

“He construido mi hogar sobre la tierra y mis hijos y nietos son felices a mi alrededor”.

“He construido mi iglesia sobre la tierra y nuestros pies descalzos la han endurecido con nuestros bailes”.

Akawaio, Guyana

© Eric Lafforgue

_"Cantamos con voces distintas, pero cantamos sobre la misma Tierra"._

Davi Kopenawa Yanomami

“Cantamos con voces distintas, pero cantamos sobre la misma Tierra”.

Davi Kopenawa Yanomami

© Mirella Ricciardi

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