Guardianes de la cuenca del Congo
Escucha a los guardianes de la naturaleza
“Nuestros padres nos enseñaron que matar a muchos animales es un despilfarro. Nosotros sabemos cómo cuidar de nuestro bosque”.
Baka, Camerún
La selva es nuestra madre, nuestra nodriza. Es esta relación inmensa la que nos conecta con el bosque, con la tierra.
Baka, Camerún
Pocas personas en el mundo mantienen una relación tan cercana con la selva como los pueblos indígenas de la cuenca del Congo. Y sin embargo sufren abusos contra sus derechos humanos en nombre de la conservación de la naturaleza.
Para ellos la creación de áreas protegidas ha supuesto violencia, hambre y ha tenido consecuencias nefastas para su estado de salud. Las patrullas antifurtivos, financiadas y equipadas por grandes organizaciones conservacionistas, les someten a acosos, palizas, tortura e incluso muerte.
Tradicionalmente, las pequeñas comunidades “pigmeas” se movían con frecuencia por territorios forestales, recogían gran variedad de productos del bosque, recolectaban e intercambiaban bienes con sociedades vecinas sedentarizadas. © Selcen Kucukustel/Atlas
Ahora solo hay tristeza. Tenemos tanta hambre. Y miedo, ¡mucho miedo! A los niños les asusta ir al bosque.
Bayaka, República del Congo
Se les acusa de “furtivos” cuando cazan para alimentar a sus familias o incluso cuando ponen un pie en su tierra ancestral dentro de áreas protegidas, mientras la explotación forestal y la caza de trofeos son ensalzadas como formas de conservación.
La violencia física es solo una parte de los abusos que sufren. Los guardas les roban su comida y queman sus campamentos y herramientas, sembrando el terror entre los indígenas. No se sienten libres para vivir en sus tierras ancestrales y moverse por ellas.
Los guardas nos amenazan, nos golpean, nos roban, incluso fuera del parque.
Bayaka, República Centroafricana
Un problema fundamental para los “pigmeos” es la falta de reconocimiento de los derechos territoriales de los cazadores-recolectores. © Selcen Kucukustel/Atlas
Estos abusos no solamente son ilegales: también están dañando la conservación de la naturaleza. Perseguir a los indígenas desvía la atención y evita que se actúe contra la tala o la industria maderera y la corrupción: las verdaderas causas de la destrucción de la selva y de que haya caza furtiva. Y no solo eso: la conservación está alienando a los mejores conservacionistas.
Survival lleva años desarrollando una campaña para acabar con los abusos que se cometen contra los pueblos indígenas de la cuenca del Congo y salvar sus selvas. Ahora necesitamos tu apoyo. Juntos podemos cambiar este modelo de conservación de la naturaleza tan perjudicial para que respete los derechos indígenas: por los pueblos indígenas, por la naturaleza y por toda la humanidad.
Los niños “pigmeos” bakas ayudan a sus madres a recolectar frutos secos. © Selcen Kucukustel/Atlas
¿Qué dicen otros?
The Guardian, John Vidal, ‘The tribes paying the brutal price of conservation’
Open Democracy, Gordon Bennett, ‘WWF, the Baka and the importance of due diligence’
Osservatorio Diritti, Marta Gatti, ‘Congo, indigeni Bayaka vittime dei ranger’
The New Yorker, Jeffrey Goldberg, ‘The hunted. Did American conservationists in Africa go too far?’
A fondo
Conoce mejor a los pueblos indígenas de la cuenca del Congo.
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