Kenia: La ONU dice que el lago Turkana está en peligro

14 septiembre 2018

El lago Turkana y el río Omo, vitales para muchos pueblos indígenas, están secándose debido a una megapresa © Nicola Bailey/ Survival, 2015

Esta página se creó en 2018 y puede contener terminología en desuso.

El pasado mes de junio, la UNESCO incluyó el lago Turkana de Kenia en su Lista del Patrimonio Mundial en Peligro, señal de que considera amenazada la supervivencia de este icónico lago.

Los expertos creen que se está secando en gran parte debido a la presa Gibe III, que se halla río arriba en Etiopía y terminó de construirse en 2016.

Para las ocho tribus diferentes de la región etíope del valle del Omo, la presa Gibe III y el proyecto asociado de plantaciones de azúcar ya han tenido efectos devastadores. La presa ha permitido a las autoridades locales bombear agua del río Omo para irrigar vastas plantaciones de azúcar.

Expulsados a la fuerza de sus tierras, muchos indígenas del país no solo han perdido sus hogares, sino todo un modo de vida. La presa ha acabado con el caudal natural del que dependían para una agricultura basada en las inundaciones naturales que causan las crecidas del río, además de privarles del acceso a este para pescar o cultivar sus alimentos.

Survival ha recibido informaciones alarmantes sobre pueblos indígenas que sufren hambre y siguen soportando abusos y persecución si denuncian la situación. Muchas comunidades se ven presionadas para trasladarse a los poblados creados por el gobierno, una medida a la que la mayoría se opone.

La presa también causa problemas a los miles de indígenas del norte de Kenia que viven en los aledaños del lago Turkana y pescan en sus aguas para su sustento.

De acuerdo con Ikal Ang’elei, director de la ONG Amigos del Lago Turkana, que viene batallando desde hace años contra la presa Gibe III: “La vida de las comunidades locales pende ahora de un hilo porque sus principales medios de vida están abocados a la extinción. Esta decisión del Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO debería servir de aviso a Etiopía para que suspenda todo plan ulterior de construcción de presas sobre el río Omo.”

Ya en 2010, un experto predijo la presa reduciría la entrada de agua en el lago en un 50 % y haría que la profundidad del lago se redujera a tan solo diez metros. “El resultado podría ser otro desastre del tipo del mar de Aral, advirtió.

El Comité del Patrimonio Mundial reconoce ahora que la presa ha causado “un rápido descenso general de los niveles de agua” y ha “alterado gravemente” las fluctuaciones estacionales. A resultas de ello, el Comité admite que “la alteración del régimen natural de inundación tendrá probablemente un efecto negativo en la población de peces del lago Turkana, que a su vez puede afectar al equilibrio del ecosistema, los medios de vida de las comunidades pescadoras locales y las llanuras inundables, que sirven de base para especies herbívoras.”

La decisión de la UNESCO se produce después de varios años de presiones por parte de organizaciones indígenas e internacionales.

Las tribus del valle del Omo no dieron su consentimiento libre, previo e informado al proyecto de la presa Gibe III, un hecho que Survival International destacó en su petición a la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos.

A pesar de las cada vez más numerosas pruebas de las graves secuelas de Gibe III para los pueblos indígenas de Etiopía y Kenia, el gobierno etíope está construyendo actualmente otra presa sobre el río Omo, llamada Koysha o Gibe 4.

Indígenas del valle del Omo
Pueblo indígena

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