“No financien nuestra expulsión”: llamamiento de tribu recolectora de miel al Gobierno de EE.UU.

20 enero 2020

Los jenu kurubas conviven con la flora y la fauna únicas de la Reserva de Tigres de Nagarhole y las cuidan. “Durante siglos hemos estado viviendo todos juntos en comunidad: el bosque, los animales y las tribus.” © Survival

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Dos comunidades indígenas, conocidas por su habilidad para recolectar miel, han escrito a las autoridades de Estados Unidos apremiándolas a dejar de apoyar un proyecto de conservación que podría conducir a su expulsión de sus bosques ancestrales.

Los pobladores, miembros de la tribu jenu kuruba (“recolectores de miel”), se oponen a que el departamento estadounidense de Peces y Animales Salvajes financie un proyecto en el estado indio de Karnataka, que alberga la Reserva de Tigres de Nagarhole, establecida en territorio indígena.

El proyecto es fruto de una colaboración con la Wildlife Conservation Society-India (WCS-India). Su primer objetivo es “facilitar la reubicación voluntaria, patrocinada por el estado, de las familias que viven en el interior del bosque a nuevos lugares situados fuera de este”. Sin embargo, los jenu kurubas están decididos a quedarse en sus bosques, y consideran que el dinero del gobierno de Estados Unidos se utiliza así para “participar y hacerse cómplice de los planes estatales y de WCS de expulsarnos de nuestros bosques”.

Anteriormente ya fueron expulsados otros jenu kurubas de Nagarhole, donde WCS-India viene operando desde hace décadas. Explicaron a Survival que les presionaron para que “se trasladaran voluntariamente” después de hacerles la vida imposible en el bosque, y no dejarles ninguna alternativa. Uno lo calificó de “especie de tortura”.

Gurumala, un hombre jenu kuruba que fue desalojado de la Reserva de Tigres de Bandipur hace unos 30 años. © F Longo/ Survival 2019

Gurumala, un hombre jenu kuruba que fue desalojado de una reserva de tigres cercana hace 30 años, ha contado a Survival: “Antes, nuestros hijos eran independientes y libres; la comunidad entera fue su maestra. Cuando vino el Gobierno, perdimos tantas cosas, nos sacaron del bosque y pusieron coto a nuestras vidas. Ahora, nuestros hijos, que se crían aquí, no tienen libertad. Me entristece que nuestros hijos tengan que vivir así. Me siento muy triste de tener que hablar a nuestros hijos y nietos de nuestro modo de vida como si no fuera más que una historia del pasado.”

La WCS es la organización matriz del zoológico del Bronx. Uno de sus fundadores, Madison Grant, fue un notorio eugenista y autor de “La caída de la gran raza”, un libro al que Hitler se refería como su “biblia”.

La investigación de Survival sobre las “reubicaciones voluntarias” de indígenas de las reservas de tigres, patrocinadas por el Estado, ha revelado que se trata de expulsiones forzosas, por lo que son ilegales de acuerdo con la legislación india y el derecho internacional.

La carta llega apenas unas semanas después de que miembros de la Comisión de Recursos Naturales de la Cámara de Representantes de Estados Unidos comenzaran a investigar el papel de WCS en subvenciones conservacionistas asociadas a abusos de derechos humanos. En diciembre, la comisión escribió al presidente y director general de WCS, Christián Samper, solicitando información “en relación con el conocimiento por parte de WCS de la existencia de abusos de los derechos humanos, la financiación de guardaparques o cuerpos policiales que cometen abusos de los derechos humanos y las políticas relativas a los derechos de los pueblos indígenas y locales”.

Un diputado del Congreso de Estados Unidos también ha propuesto una ley encaminada a prohibir que el Gobierno financie a grupos conservacionistas internacionales que provean de fondos o respalden proyectos que comporten violaciones de los derechos humanos.

El director de Survival International, Stephen Corry, ha declarado hoy: “Los pueblos indígenas han sido ninguneados y tratados como ‘obstáculos’ durante mucho tiempo por grandes ONG conservacionistas que desean expulsarlos de sus tierras. Pero ahora al menos algunos de ellos tienen la posibilidad de presionar bajo cuerda a los proveedores de fondos oficiales, que suelen ser peores conservacionistas que los propios habitantes originarios. Los gobiernos no deberían financiar robos de tierras ilegales y las ONG conservacionistas deben aprender a tratar a la gente con respeto. Los tiempos cambian.”

Jenu kuruba
Pueblo indígena

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